La resiliencia organizacional implica la capacidad de una empresa para adaptarse y recuperarse rápidamente de los desafíos y cambios. Este tema se enfoca en estrategias para construir una cultura empresarial resiliente, donde los empleados puedan adaptarse a cambios tecnológicos, reestructuraciones y otras transformaciones sin comprometer su salud mental y emocional. Incluye habilidades de liderazgo, comunicación efectiva y apoyo emocional para los empleados durante períodos de cambio.
Desde el punto de vista de la salud mental en el ámbito laboral, la resiliencia es un factor de protección para enfrentar los riesgos psicosociales de una manera más sana y efectiva. De igual manera, ser resiliente permite a la persona manejar las situaciones cotidianas de su vida de forma positiva por lo cual es menor el impact o de dichas situaciones extralaborales en el rendimiento laboral, la productividad y el clima organizacional. (Min trabajo U javeriana Guias y protocolos 2015)
La resiliencia se puede evidenciar en distintos escenarios a través de características como las siguientes:
• A nivel de la persona: autoestima, habilidad para la resolución de problemas y conflictos, capacidad de afrontamiento, existencia de un proyecto de vida, emociones positivas, comunicación asertiva y habilidades sociales.
• A nivel de la familia: apoyo familiar.
• A nivel comunitario: recursos de apoyo psicosocial.
• A nivel organizacional: capacidad de compromiso, estilo de comunicación abierto y asertivo, conocimiento y apropiación de los empleados de la visión y valores organizacionales, competencia para satisfacer las demandas de entornos cambiantes, capacidad para establecer redes sociales fuertes, trabajo en equipo, apoyo social y protección de la salud.